La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es una de las principales causas de pérdida de visión en personas mayores de 60 años. Se trata de una enfermedad ocular que afecta la mácula, la parte central de la retina encargada de la visión nítida y detallada.
Lo más preocupante es que la DMAE no causa ceguera total, pero sí deteriora la visión central, dificultando actividades cotidianas como leer, conducir, reconocer rostros o ver detalles finos. Por ello, conocer sus síntomas, factores de riesgo y opciones de tratamiento es clave para detectarla a tiempo, visitar una clínica de retina en lima y así preservar la mayor calidad visual posible.
¿Qué es la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE)?
La DMAE es una enfermedad degenerativa que daña progresivamente la mácula. Esta zona de la retina es la responsable de la visión central y aguda, necesaria para realizar tareas de precisión.
La DMAE es una enfermedad ocular que afecta la visión central y aguda, dificultando tareas como la lectura y la visualización de detalles finos. Es más común en personas mayores de 60 años y es la principal causa de pérdida de visión en este grupo etario en los países desarrollados.
La enfermedad se presenta en dos formas:
- DMAE seca (atrófica): la más frecuente, caracterizada por la acumulación de depósitos amarillentos llamados drusas en la retina. Su progresión es más lenta.
- DMAE húmeda (neovascular): menos común pero más agresiva, causada por el crecimiento de vasos sanguíneos anormales bajo la mácula que pueden filtrar líquido o sangre, produciendo pérdida de visión repentina.
Tipos de DMAE: seca y húmeda
DMAE seca
- Representa el 80-90% de los casos.
- Se desarrolla de forma gradual.
- Se caracteriza por la aparición de drusas (depósitos amarillentos) y adelgazamiento de la retina.
- Puede evolucionar hacia formas más graves que afectan significativamente la visión.
DMAE húmeda
- Representa alrededor del 10-15% de los casos, pero es la responsable de la mayoría de los casos de pérdida de visión severa por DMAE.
- Se debe al crecimiento de vasos sanguíneos anormales que rompen la estructura normal de la mácula.
- Puede provocar una pérdida de visión central rápida y significativa.
La forma seca se caracteriza por la acumulación de depósitos amarillentos llamados drusas, mientras que la húmeda implica el crecimiento de vasos sanguíneos anormales que pueden causar pérdida de visión repentina.
Síntomas de la DMAE
Los síntomas pueden variar según el tipo y la etapa de la enfermedad, pero los más comunes incluyen:
- Visión borrosa o distorsionada, especialmente en el centro del campo visual.
- Pérdida de la capacidad de ver detalles finos, dificultando actividades como leer o coser.
- Dificultad para reconocer rostros, incluso de personas cercanas.
- Manchas oscuras o puntos ciegos en la visión central.
La DMAE puede provocar visión borrosa o distorsionada, dificultad para leer, pérdida de la capacidad de ver detalles finos y aparición de manchas en el campo visual.
Factores de riesgo
Aunque cualquier persona puede desarrollar DMAE, existen factores que aumentan la probabilidad:
- Edad: el riesgo aumenta significativamente después de los 60 años.
- Genética: tener antecedentes familiares incrementa el riesgo.
- Tabaquismo: fumar multiplica por dos el riesgo de DMAE.
- Dieta poco saludable: baja en antioxidantes y alta en grasas saturadas.
- Sobrepeso y obesidad.
- Hipertensión arterial.
Edad, predisposición genética, tabaquismo, dieta inadecuada, sobrepeso e hipertensión son algunos de los principales factores de riesgo.
Diagnóstico: cómo detectar la DMAE a tiempo
La detección temprana es clave para retrasar la progresión de la enfermedad. El oftalmólogo puede utilizar distintas pruebas:
- Examen ocular con dilatación: permite observar la retina en detalle.
- Prueba de la rejilla de Amsler: detecta distorsiones visuales típicas de la DMAE.
- OCT (tomografía de coherencia óptica): muestra imágenes de alta resolución de la mácula.
- Angiografía fluoresceínica: útil en casos de DMAE húmeda para detectar vasos anormales.
Tratamientos disponibles
Opciones para la DMAE seca
Actualmente no existe un tratamiento curativo para la forma seca, pero se pueden recomendar:
- Suplementos vitamínicos y minerales (fórmula AREDS2) que pueden retrasar la progresión.
- Ayudas visuales como lupas o dispositivos electrónicos para mejorar la visión funcional.
- Cambios en el estilo de vida (dieta equilibrada, dejar de fumar, ejercicio).
La DMAE seca no tiene cura, pero existen tratamientos para ayudar con la baja visión y cambios en el estilo de vida.
Opciones para la DMAE húmeda
- Inyecciones intravítreas de anti-VEGF: medicamentos que bloquean el crecimiento de vasos anormales y reducen la filtración de líquidos.
- Terapia láser (menos usada en la actualidad): se aplica sobre los vasos anormales para detener su crecimiento.
- Terapia fotodinámica: combinación de fármacos y láser para sellar vasos anormales sin dañar tanto el tejido circundante.
La DMAE húmeda puede tratarse con inyecciones intravítreas que ayudan a reducir el crecimiento de vasos sanguíneos anormales.
Prevención y hábitos de cuidado ocular
Si bien no siempre es posible evitar la DMAE, sí se pueden reducir los riesgos y retrasar su progresión con medidas de cuidado ocular:
- No fumar.
- Llevar una dieta saludable rica en frutas, verduras y antioxidantes (luteína, zeaxantina, zinc, vitamina C y E).
- Mantener un peso saludable.
- Controlar la presión arterial y el colesterol.
- Proteger los ojos de la radiación ultravioleta usando gafas de sol.
- Acudir a revisiones oftalmológicas regulares, especialmente a partir de los 50 años.
No fumar, llevar una dieta rica en antioxidantes, proteger los ojos del sol y acudir a exámenes regulares son claves para prevenir la DMAE.
La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) es una enfermedad ocular progresiva que afecta la visión central y constituye una de las principales causas de pérdida visual en adultos mayores.
Aunque no tiene cura, existen tratamientos que pueden retrasar su evolución y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. La clave está en la prevención, el diagnóstico temprano y los controles oftalmológicos regulares con exámenes oftalmológicos auxiliares para un correcto seguimiento de la salud visual.
Cuidar los ojos es cuidar la independencia y la calidad de vida. Con hábitos saludables, revisiones periódicas y tratamientos adecuados, es posible frenar el avance de la DMAE y mantener la visión el mayor tiempo posible.











































