La cirugía con implantes valvulares para el glaucoma representa una de las estrategias quirúrgicas más avanzadas y eficaces para el control de la presión intraocular en pacientes con esta enfermedad progresiva. Recomendados especialmente cuando los medicamentos o tratamientos láser no son suficientes, estos dispositivos permiten preservar la visión y frenar el daño al nervio óptico, siendo una herramienta clave en la oftalmología contemporánea.

En esta guía extensa, actualizada y clínicamente fundamentada, dirigida a pacientes, familiares y profesionales de la salud que buscan información clara y confiable, abordaremos en profundidad todo lo relacionado con los dispositivos valvulares para el glaucoma: qué son, cuándo se indican, qué tipos existen, cómo funcionan, cuáles son sus beneficios y riesgos, cómo es el proceso quirúrgico, qué esperar antes y después de la operación, qué opinan los especialistas y qué experiencias reales han tenido pacientes con este tipo de implantes. Además, conocerás detalles específicos sobre dispositivos como la válvula de Ahmed o el implante de Baerveldt, utilizados en nuestro centro del glaucoma lima y que hoy en día marcan la diferencia en la lucha contra el glaucoma avanzado.
¿Qué son los dispositivos valvulares para el glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad degenerativa que daña progresivamente el nervio óptico debido a una presión intraocular (PIO) elevada. Este daño es silencioso, irreversible y puede llevar a la ceguera si no se trata a tiempo. Para mantener bajo control la PIO, existen tratamientos médicos (colirios), tratamientos con láser y, cuando estos no son efectivos, procedimientos quirúrgicos. Entre estos, los dispositivos valvulares destacan por su capacidad para crear una vía de escape al humor acuoso, el líquido que se acumula dentro del ojo.
Estos dispositivos funcionan como un sistema de drenaje artificial que regula la salida del humor acuoso desde la cámara anterior del ojo hacia el espacio subconjuntival, reduciendo así la presión. Piensa en ellos como válvulas de alivio para un sistema hidráulico: su objetivo es mantener el equilibrio entre la producción y el drenaje del líquido intraocular.
¿Cuándo se recomienda un implante valvular?
Los implantes valvulares no son la primera línea de tratamiento. Su indicación está reservada para situaciones donde los métodos convencionales no han dado los resultados esperados. Algunos escenarios típicos en los que se considera su uso son:

- Glaucoma refractario a tratamiento médico.
- Pacientes con múltiples cirugías previas que han fracasado.
- Glaucoma neovascular, congénito o secundario a inflamaciones severas.
- Intolerancia a los medicamentos antiglaucomatosos.
- Casos con daño rápido y progresivo del nervio óptico.
Sabemos lo preocupante que puede ser recibir un diagnóstico de glaucoma. Es una enfermedad silenciosa que, si no se trata a tiempo, puede robarte la visión. Pero tengo una buena noticia: los avances en oftalmología nos ofrecen soluciones efectivas, y los implantes para glaucoma son una de ellas.
Tipos de dispositivos de drenaje para el glaucoma
No todos los implantes son iguales. Existen diferentes tipos de dispositivos valvulares y no valvulares, con mecanismos distintos que se adaptan a las necesidades del paciente.

Implantes de flujo no restringido
Estos dispositivos permiten un drenaje continuo del humor acuoso sin ningún sistema que limite su paso. Son eficaces a largo plazo, pero requieren cuidados más estrictos en el postoperatorio inmediato.
Implante de Baerveldt
Uno de los más populares y efectivos. Utiliza una placa grande que se sitúa en la parte superior del globo ocular, y un tubo que conecta con la cámara anterior. No tiene válvula, por lo que el humor acuoso fluye libremente. Para evitar una bajada brusca de presión (hipotonía), el tubo se liga temporalmente y se abre semanas después. Es especialmente útil en glaucomas severos o de difícil control.
Implante de Molteno
Fue uno de los primeros dispositivos desarrollados. Tiene un diseño más simple y también carece de válvula. Hoy en día, su uso ha disminuido frente a opciones como el Baerveldt, que ofrece mejores resultados en ciertos tipos de pacientes.
Estos implantes son ideales para pacientes con glaucoma avanzado, siempre que se pueda hacer un seguimiento postoperatorio riguroso.
Implantes de flujo restringido
Incluyen una válvula mecánica que regula la salida del humor acuoso. Esto reduce considerablemente el riesgo de hipotensión ocular al inicio.
Implante de Ahmed
Muy utilizado en todo el mundo. Su válvula se activa solo cuando la presión ocular supera un umbral determinado. Esto permite un drenaje seguro y evita complicaciones severas inmediatamente después de la cirugía. Es fácil de colocar y da buenos resultados en glaucomas secundarios e inflamatorios.
Si tu presión intraocular (PIO) no se controla adecuadamente con medicamentos o tratamientos con láser, tu médico podría sugerirte un implante. Piensa en ellos como pequeños desviadores que ayudan a tu ojo a drenar el exceso de líquido, reduciendo así la presión.
Comparativa entre implantes valvulares para el glaucoma
| Característica | Ahmed | Baerveldt |
|---|---|---|
| Tipo | Con válvula | Sin válvula |
| Inicio del drenaje | Inmediato | Retardado |
| Riesgo de hipotonía | Bajo | Moderado |
| Eficacia a largo plazo | Alta | Muy alta |
| Uso frecuente en | Glaucoma neovascular | Glaucoma refractario avanzado |
¿Cómo funciona un implante valvular en el ojo?
El dispositivo se coloca quirúrgicamente en la esclera del ojo. El tubo del implante se introduce en la cámara anterior para desviar el humor acuoso hacia una placa o reservorio. Este líquido se reabsorbe gradualmente, reduciendo la presión intraocular.
Es un sistema que imita el drenaje natural del ojo cuando este ha fallado. Al restaurar este flujo, se detiene la progresión del daño al nervio óptico.
La clave está en restaurar el equilibrio entre la producción y el drenaje del humor acuoso, el líquido que llena la parte frontal de tu ojo.

Ventajas y desventajas de los dispositivos valvulares
Ventajas
- Reducen la PIO de forma significativa y duradera.
- Útiles cuando fracasan otras cirugías.
- Algunos permiten drenaje inmediato controlado (Ahmed).
- Mejora comprobada en la calidad de vida.
Desventajas
- Requieren intervención quirúrgica.
- Pueden presentar complicaciones: hipotonía, fibrosis, migración.
- Necesitan revisiones frecuentes postoperatorias.
- No revierten el daño existente, solo lo frenan.
¿Qué esperar antes, durante y después de la cirugía?
Antes:
- Evaluación completa: PIO, campo visual, OCT, etc.
- Suspensión temporal de ciertos medicamentos.
- Explicación del procedimiento, posibles riesgos y alternativas.
Durante:
- Cirugía ambulatoria con anestesia local o general.
- Duración: 45 a 90 minutos.
- Implante del dispositivo y cierre con suturas.
Después:
- Uso de antibióticos y antiinflamatorios tópicos.
- Revisiones frecuentes la primera semana.
- Evitar esfuerzos, frotarse los ojos o actividades intensas.
El seguimiento es clave para garantizar el éxito de la intervención.
Efectividad: ¿realmente ayudan a controlar la presión ocular?
Sí. Estudios científicos han demostrado que los implantes valvulares pueden reducir la PIO en un 30 % a 50 % dependiendo del tipo de implante y del perfil del paciente.
Por ejemplo:
- El Ahmed logra una presión estable en el 70–80 % de los casos.
- El Baerveldt ofrece mayor reducción a largo plazo, aunque con mayor riesgo inicial de hipotonía.
Además, muchos pacientes reducen o incluso eliminan la necesidad de colirios tras la operación.
Riesgos y cuidados posteriores al implante
Aunque seguros, estos dispositivos no están exentos de riesgos:
- Sangrado subconjuntival.
- Infección (raro, pero grave).
- Hipotonía ocular severa.
- Obstrucción del tubo por fibrosis.
- Migración o erosión del dispositivo.
La higiene ocular y las visitas regulares al oftalmólogo son fundamentales para prevenir complicaciones.
¿Qué dicen los especialistas sobre su uso?
Los expertos coinciden en que los dispositivos valvulares son la mejor opción para glaucomas complejos, especialmente en pacientes jóvenes o con antecedentes quirúrgicos complicados.
Tanto la American Academy of Ophthalmology como la World Glaucoma Association avalan su uso, con múltiples estudios clínicos publicados en revistas especializadas que confirman su seguridad y eficacia.
Opinión personal y experiencia con implantes valvulares

Desde mi experiencia, puedo decir que estos dispositivos cambian vidas. He visto cómo pacientes que ya estaban perdiendo visión de forma alarmante, mejoran significativamente su calidad de vida tras un implante. El miedo inicial es normal, pero cuando entiendes cómo funciona el procedimiento y ves los resultados, todo cobra sentido.
Existen diferentes tipos de implantes, pero todos comparten el mismo objetivo: reducir la presión intraocular (PIO) para prevenir o detener el daño al nervio óptico.
Y sí, puede parecer pequeño, pero su efecto es inmenso. Los dispositivos valvulares no solo son una herramienta quirúrgica: son un pilar fundamental en el tratamiento del glaucoma avanzado. Ya sea con un Ahmed, un Baerveldt o cualquier otro dispositivo aprobado, su función es clara: proteger el nervio óptico y preservar la visión. Con una buena indicación, seguimiento adecuado y compromiso del paciente, estos dispositivos pueden marcar la diferencia entre perder la visión… o mantenerla.











































