Los ojos llorosos, o el lagrimeo excesivo, son una de las razones más comunes para acudir a consulta oftalmológica. Aunque muchas veces este síntoma se asocia a causas temporales, como alergias o irritaciones por el ambiente, en algunos casos puede ser el indicador de un problema ocular más complejo. Desde infecciones hasta trastornos en las glándulas lacrimales, las causas del lagrimeo pueden ser variadas, y es fundamental identificar la raíz del problema para un tratamiento adecuado.
Si tus ojos llorosos persisten o se acompañan de otros síntomas, lo más recomendable es visitar una clínica de ojos, donde los expertos pueden realizar un diagnóstico preciso y ofrecerte soluciones efectivas. En este artículo, exploraremos las principales causas del lagrimeo excesivo y cómo puedes manejar esta condición para recuperar el bienestar de tus ojos.
Como oftalmólogo, siempre digo a mis pacientes que las lágrimas cumplen una función esencial: lubrican, protegen y nutren la superficie ocular. Cuando este sistema se altera, el ojo responde produciendo más lágrimas o impidiendo su drenaje normal, lo que provoca esa sensación de estar “llorando sin motivo”.
¿Qué significa tener los ojos llorosos?
Se produce cuando hay un desequilibrio entre la producción y el drenaje lagrimal. Esto puede deberse a una sobreproducción por irritación o sequedad, o a un bloqueo en los conductos lagrimales que impide el drenaje adecuado.
El resultado es incómodo: visión borrosa, molestias en la vida diaria y, en casos más graves, riesgo de infecciones repetidas.

Causas más comunes del lagrimeo excesivo
Alergias y factores ambientales
El polen, el polvo, el moho o el pelo de mascotas pueden inflamar la superficie ocular y desencadenar un lagrimeo persistente.
Infecciones oculares y respiratorias
La conjuntivitis y las infecciones de vías respiratorias altas irritan los ojos y provocan lagrimeo.
Sequedad ocular paradójica
En el síndrome de ojo seco, la lágrima no lubrica bien y el ojo produce lágrimas reflejas de mala calidad. El resultado es un lagrimeo constante que no alivia la molestia.
Problemas en los párpados
Los párpados evertidos (ectropión) o invertidos (entropión) dificultan el drenaje normal de las lágrimas.
Obstrucción del conducto lagrimal
Frecuente en recién nacidos y adultos mayores, ocurre cuando el conducto lagrimal está estrechado o bloqueado.

Causas frecuentes de ojos llorosos
| Causa | Mecanismo | Nivel de importancia |
|---|---|---|
| Alergias | Inflamación de la superficie ocular | Leve – Moderada |
| Infecciones | Irritación por bacterias o virus | Moderada – Requiere tratamiento |
| Ojo seco | Lágrimas de mala calidad, reflejas | Moderada – Crónica |
| Párpados mal posicionados | Alteran drenaje lagrimal | Alta – Puede requerir cirugía |
| Obstrucción del conducto lagrimal | Bloqueo mecánico | Alta – Tratamiento quirúrgico en muchos casos |
Síntomas de alarma: cuándo consultar a un especialista
Acude al oftalmólogo si notas:
- Lagrimeo persistente acompañado de enrojecimiento.
- Dolor ocular o sensación de presión.
- Una masa o bulto en el área del conducto lagrimal.
- Episodios repetidos de conjuntivitis.
- Síntomas que no mejoran con lágrimas artificiales o medidas caseras.
Diagnóstico en consulta oftalmológica
El diagnóstico incluye:
- Exploración con lámpara de hendidura para revisar córnea y párpados.
- Prueba de irrigación lagrimal para detectar obstrucciones.
- Tinción con fluoresceína para valorar la película lagrimal.
- Examen del párpado en caso de ectropión o entropión.
Tratamientos disponibles para los ojos llorosos
Remedios caseros y cuidados iniciales
- Lágrimas artificiales para mejorar la lubricación.
- Compresas tibias sobre los párpados.
- Higiene ocular adecuada (especialmente en casos de blefaritis).
- Evitar alérgenos y ambientes irritantes.
Opciones médicas y quirúrgicas
- Colirios antibióticos o antihistamínicos según la causa.
- Cirugía correctiva de párpados en casos de entropión o ectropión.
- Dacriocistorrinostomía (DCR) para abrir una nueva vía de drenaje lagrimal en obstrucciones graves.

Prevención y hábitos saludables para evitar ojos llorosos
- Mantener una buena higiene ocular, retirando maquillaje antes de dormir.
- Usar gafas de sol en ambientes con polvo, viento o polen.
- Humidificar el ambiente en lugares secos.
- Parpadear con frecuencia al usar pantallas.
- Realizar controles oftalmológicos periódicos.
Preguntas frecuentes sobre los ojos llorosos
¿Los ojos llorosos siempre son un signo de enfermedad?
No necesariamente. Pueden deberse a alergias o irritaciones temporales, pero si persisten deben evaluarse.
¿Qué diferencia hay entre ojos llorosos y alergia ocular?
La alergia se acompaña de picor intenso y estornudos, mientras que los ojos llorosos pueden aparecer sin otros síntomas.
¿Los bebés pueden tener obstrucción del conducto lagrimal?
Sí, es muy común en recién nacidos y suele resolverse de forma espontánea en el primer año de vida, aunque algunos requieren cirugía.
¿Cuándo el lagrimeo es síntoma de ojo seco?
Cuando el lagrimeo no alivia la molestia y se acompaña de sensación de arenilla, visión borrosa y ardor.
¿Qué exámenes realiza el oftalmólogo para diagnosticarlo?
Se pueden usar pruebas de irrigación lagrimal, tinciones con colorantes y exploración con lámpara de hendidura.
Los ojos llorosos no siempre son un problema menor. A veces indican simplemente una reacción a irritantes, pero en otros casos esconden patologías como obstrucciones o alteraciones en los párpados que requieren tratamiento especializado.
Mi recomendación como oftalmólogo es clara: si el lagrimeo es persistente o interfiere con tu vida diaria, acude a una revisión médica. Un diagnóstico temprano asegura un tratamiento eficaz y evita complicaciones.
La salud visual es fundamental para tu calidad de vida. Muchas enfermedades oculares pueden prevenirse o tratarse con una consulta oftalmológica integral a tiempo. No esperes a que aparezcan los síntomas: agenda tu cita y cuida tus ojos con un especialista.











































